Nuestra Historia
¿Quién es yuyin?
Yuyin era un gato gordo, peludo y juguetón, muy alegre y osado que fue adoptado por una humana de la que se enamoró, quien le dio su nombre y respondio a su amor con amor, por eso Yuyin decidió enseñarle el camino del gato que el dictaba: lleno de amor incondicional.
¿Cómo logró esto Yuyin?
Yuyin tenia un don único entre los gatos: podía amar a los suyos como ninguno. Amaba a viejos, jóvenes y adultos, a todos los arropaba con sus ronroneos y los cuidaba como sus propios hijos.
La humana de Yuyin, Cristina, de tanto amor que presenció, decidió seguir su camino y amarlos a todos, rescatándolos; cuidándolos y sanándolos. Asi fue como Yuyin coloco su pata y junto a su humana fundo un refugio para los necesitados, los abandonados y destruidos. Desde entonces seguimos el legado de Yuyin, amándolos a todos y abriendo nuestras puertas a cualquier gato que necesite de nuestra ayuda.
Nuestra labor comenzó hace 10 años con Yuyin y, tras su muerte, seguimos luchando por su legado.
El 27 de junio del 2022 dimos nuestro primer gran paso y nos convertimos en una ONG legalmente constituida. Buscamos crecer cada día para ayudar a crear un mundo del que Yuyin se sintiera orgulloso, un Mundo en donde los gatos no sufran, no exista abandono, no exista dolor para los que no pueden pedir ayuda, un mundo lleno de amor.
Cada día es un sueño, cada día es un desafío y cada día es un paso en nuestra lucha por nuestro ideal.
En honor a Yuyin
Ayudanos a salvar michis
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Rescatamos a los gatos necesitados y abandonados, los rehabilitamos, tratamos sus enfermedades y los cuidamos hasta que estén sanos. Socializamos a los gatos ariscos para que puedan encontrar un hogar y promovemos la adopción para encontrar el lugar perfecto para nuestros queridos felinos.
Al igual que los humanos, los gatos sienten, sufren y lloran. Nuestra misión es crear conciencia, educar y, sobre todo, rescatar a aquellos que sufren pero no tienen voz para pedir ayuda.